SILENCIO, POR FAVOR
Si tecleamos en cualquier buscador de internet la palabra "Silencio", nos podemos encontrar con múltiples opciones: su significado, una conocida canción de Bisbal… entre otros. Si nos quedamos con el significado de la palabra según la Rae (Real Academia de la Lengua Española), aparecen distintas acepciones de la misma palabra: 1. Abstención de hablar, 2. Falta de ruido, 3. Pausa musical...
Me quedo con la primera de ellas: Abstención de hablar. A simple vista, puede tener un carácter autoritario o de obligatoriedad: ¡Silencio, por favor! puede leerse en una consulta de un médico, en un templo...pero también existen lugares en el que no hace falta cartel alguno: como se diría en estos casos, la ocasión lo requiere.
Sería impensable que cualquier persona, artista o creador, no haga uso de del silencio mientras trabaja en diversas actividades que requieran la concentración precisa del creador, ya sea pintor, músico, bailarín, etc . Aunque por otra parte también están aquellos que precisan de música para realizar ciertas actividades.
Y no sólo los artistas que crean sus obras en los más profundo de los recovecos de sus talleres de inspiración, sino también aquellos que interpretan: esos intérpretes que son el medio del que se vale el autor para exponer su obra y que esconden tras de sí horas de esfuerzo, trabajo y dedicación para ofrecernos por unos minutos lo mejor de su arte. No lo dicen pero necesitan: ¡Silencio!
Ese silencio, en ocasiones brilla por su ausencia en el Teatro del Revellín, tal y como se viene observando durante el trascurso de algunas de las funciones que se han celebrado: móviles sonando, charlas en tono algo elevado, etc. que rompen el ambiente creado por la actuación. Con esto no quiero decir que todo el que vaya haga ciertos actos expuestos pero sí creo que es un mensaje que puede incitar a la reflexión.
Mediante el silencio respetamos tanto a los artistas como al vecino de butaca, disfrutando así de la obra y dejando atrás por unos minutos el ruido y el "caos" sonoro en el que estamos envueltos cotidianamente. Y como dice una célebre frase "Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo"
Patricia Pérez